Programa de Educación emocional

El correcto desarrollo de las competencias emocionales es para nosotras fundamenta, imprescindible.

Es por esto que durante años hemos ido creando, probando, testando, buscando, recopilando... diferentes fuentes a fin de elaborar este plan.


Tomando como referencia a
Rafael Bisquerra entendemos la educación emocional como “una innovación educativa que responde a necesidades sociales no atendidas en las materias académicas ordinarias. La fundamentación está en el concepto de emoción, teorías de la emoción, la neurociencia, la psiconeuroinmunología, la teoría de las  inteligencias múltiples, la inteligencia emocional, el fluir, los movimientos de renovación  pedagógica, la educación psicológica, la educación para la salud, las habilidades sociales, las  investigaciones sobre el bienestar subjetivo, etc.”

Consideramos entonces como objetivo de la educación emocional el desarrollo de competencias emocionales:
-         conciencia emocional
-         regulación emocional
-         autogestión
-         inteligencia interpersonal
-         habilidades de vida y  bienestar

Volviendo a tomar como referencia a Bisquerra estamos de acuerdo con él en que la práctica de la educación emocional implica diseñar programas fundamentados en un marco teórico, que para llevarlos a la práctica hay que contar con profesorado debidamente preparado; se necesitan materiales curriculares.

Todos los autores señalan estas premisas como indispensables, (recogemos aquí la de Enrique G. Fernandez-Abascal): “Insistir en la inteligencia emocional no supone no prestar atención a la adquisición de conocimientos. La formación de educadores emocionalmente inteligentes es uno de los objetivos necesarios  de la formación del profesorado. El profesorado debidamente formado está en condiciones de diseñar, aplicar y evaluar programas de educación emocional. Los programas son un medio o un instrumento, lo importante es el desarrollo de las competencias emocionales.”


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